Hola amigos, no diré mucho, sólo para los que se preguntan si ella llamo…sí lo hizo pero a las 9 de la mañana del otro día

Impaciencia

Sé que podré amarla y en su mirada entibiar la noche pálida que ayer fue lapita en mi sueño, su nueva sabia en mis tildes viejos, su sangre viva en mi piel oxidada, esta vez no huiré, pero reconozco que en la alborada que me olvide de mi, será porque ella es todo mi planeta, ahora, que ella me quiera es otro cuento, seria sublime encontrar un te amo reposando en mis bolsillos, suspirando mi nombre en su libreta, espero no asustarla, se cohíbe a veces cuando el amor es agua fresca, pero soy quien la impaciencia le abruma, ya quiero ser en su cuerpo arrollo orilla y fiesta.
La noche que la ame se unirá mi goce a su excitar, aunque la luz este ahogada las ganas no estarán muertas, mi memoria entrara en letargo para olvidar sábanas sin venas, se abrirá mi boca en su boca de puro hambre de tenerla, hoy es sólo sonidos en un auricular sin tiempo, deseo que mañana sea flor de carne en mis manos y velos de aromas para mis letras.
Soñando estoy, contemplándola desde lejos, ahora es Morfeo quien la enlaza entre sus brazo, tal vez sueñe conmigo, quizás sueñe con ella, las palabras no acortan el camino de su lejanía, muchachita de ojos de viento, acerca tus pasos a mi tierra, en donde germinara la maravilla de tu vuelo, aquí te espero, con mis temores encendidos en un quisiera, impaciente de sentir tu latido en mi pecho y tus gemidos en mi saeta.
Sé que soy juglar dormido, pero no perdido ni ausente, tan sólo Dios sabe cuanto la he esperado, la he querido, la he llorado, seria magro que otro me arrebate el beso que en su boca preña, desde mi faro le pido me espere, retenga sus ansias en su cuerpo, que Zeus no seduzca sus rubores antes de sentirme, que la marejada de la insistencia no haga muelle en su cuerpo.
Voy rumbo a ella, con las manos desiertas y mis vistas en su figura, mariposa de sal y espuma, temblorosa esta mi suerte, mis llagas añejadas se hacen vivas al oler el miedo de perderla, no, no quiero ni pensar en despintar otra vez mis astros por quererla, frustración no quiero, quiero ser vino embriagador, desnudo pensamiento sobre su mesa…la semana se hace eterna, inquieto miro otra vez el calendario, hoy es sábado, la veré el viernes, pueda ser que para entonces sus ojos sean rosas sin espinas y su pecho nido para mis penas.
Lo lamento, estas no son de mis mejores letras, la inercia es quien danza con mi pluma, yo solamente sigo su vaivén, que lejano se encuentra el viernes, sus manos, su boca, su mirada y vientre

Autor Victor Rocco