jueves, 27 de diciembre de 2007

Este es mi regalo para todos usted, enamorados de mis letras.

Desde mi estratosfera

Silencio no digas nada, escucha como campanean los besos, como chipotean mis labios en los tuyos, saborea la eternidad de este instante que quizás para mañana solo tendremos el recuerdo.
Entre los dos sobran las palabras cuando es nuestra piel la que decide, no la tuya ni la mía, sino, la que nace al cantar nuestras almas.
Las letras son el pretexto perfecto para unir nuestros cuerpos. Sé que ciegamente tú me escribes aunque no lo digas, ya que los versos son los hijos de los besos que destilan en tu boca cada vez que me acerco.
Si hoy no te tengo mi lápiz se quedara mirando en mi ventana, como perrito de taxi, pegado al vidrio esperando tu regreso, y yo me quedo sin mas nada que mis ganas de seguir escribiendo, de los trinos, estrellas las caricias y el viento.
Son las diez, no llegaste, y me quede sentado en la calle esperando que renazca el sereno, como pueda esta noche subiré a la luna, con el pretexto de rayarle sus cuadernos, ya que hoy me quede esperando, y de tanto esperar se han enfermado mis cuentos.
De seguro esta noche dormirás con él, mientras yo te recuerdo en mi estratosfera, cierro mis cavidades oculares y te veo aferrada a su puerto, sigo solo, escribiendo sobre tú distancia, transitando en mi delirio, arrullando el rastrojo de tu boca que se quemó en mis deseos.
Esta noche hay miles de estrellas, a las que podría enmarcarles un beso en su ventana, pero mis letras se han vuelto carne, y la pasión me halla perdido entre las sábanas.
Inconscientemente mi lápiz da vueltas sobre un papel sin órbita, rasguñándoles las miradas al tintero, que quedó olvidado como tango añejo en biografías de Gardel.
Quizás mañana retornarás a mi fuego, pero no te escuchare, tomare con fuerzas tu rostro, para fundir nuevos gemidos en tu boca y excitar a los unicornios que duermen en tu aliento. Sabrás que mis anhelos son copia de los que guardas en tu agenda, esos mismo que acaricias secretamente cuando tu sombra se ha dormido.
No contestare preguntas, mañana quiero sentirte mía, ajena, pero mía, aunque el futuro me condene y las palomas me desconozcan al vuelo.
Son las once de la noche, las voces se han dormido y las mareas de los sueños del día me arrebatan, iré a mi cama, le haré el amor a tu nombre que gravé en la pared, para cuando no te tengo y tus gemidos tibios me los trae el viento entre sus alas.

Autor : Victor Rocco

martes, 18 de diciembre de 2007

Feliz navidad.

Quiero agradecer a todos quienes han visitado mi espacio literario y que me han dejado algun mensaje, que todos tengan felices fiestas de fin de año y que la paz y amor ronde en donde esten, chao y feliz navidad...

Victor Rocco

viernes, 14 de diciembre de 2007

Siempre la vida te da otra oportunidad.

Renacer




Estoy viviendo mi muerte, tendido sobre mi cama, tratando que un “tic tac”me devuelva a la vida, escuchando los sones de una violeta ausente.
Me acompañas en mi lecho, como el frió acompaña al invierno, comienzan las preguntas las respuestas y silencios, mi corazón es un tornado que deambula en mi pecho, después de un suspiro te burlas de mi hormonal encierro, “tanto me temes”-preguntas, irónica y pasiva, con eso abriste la puerta a lo que tanto estaba pidiendo, te di el primero de los mil quinientos cincuenta y un besos que desembarcaron en tu boca, desabrochaste las ganas, abriste tus alas al deseo, escale tu cuerpo, no pusiste freno, nos mecimos suave con la noche, no quería despertar de ese sueño, las frazadas se hicieron brazas y las brasas cielo.
Una vez mas nacieron de tu boca, preguntas sobre mis sentimientos, “no te amo”-dije franco-“pero si te quiero”, mi alma no me deja amar a quien ya tiene quien teja flores en su pelo. Quise zarpar mi lengua en tu vientre, pero tu mariposa inquieta, guiaste mis manos a tus pechos, hay encontré al tenaz vigía que impedía la llegada a nuestro encuentro, era aquel brasier celoso, que a tus montes mantiene prisionero.
Fui marea en tu pelvis, como audaz corsario navegue en tu cuerpo, descarnaste el tesoro de mi antojo, como muñeca brava que juega con fuego.
Al galope tus gemidos acariciaron al viento, envueltas en orquídeas las palabras fueron espejos. Incline mi candor en tu muelle, gaviota bandida de mis sentencias, la pena perdió la batalla en mi lecho, tu la venciste, diosa de mis letras.
Sonríes al comprobar que no se esculpir ángeles en tu centro, pero este café me sabe a delicias, caricias prohibidas y veneno.
Le extirpaste los vestidos a mi muerte, me liberaste de silabas negras que empolvaban mis cuadernos.
Acaban las preguntas, dudas y deseos, te levantas de improviso como escapando del infierno, yo quede solo, acariciando la figura de tu espalda que se bordo en mi lecho, hoy se a escrito otras rimas, otra pagina para mi consuelo.




Autor : Victor Rocco

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Las palabras con sangre son las letras de las penas.

Apocalipsis


Camino dormido, en el Apocalipsis de mis tardes, he sido vencido por el caballero negro que cabalga en su corcel de fuego y sedujo a la rosa de los vientos, aquella rosa que cuide en mis sueños, que protegí de hasta la muerte, desvainando mi espada, cortándole la garganta al infierno con tal que no marchite sus pétalos de seda, hoy me desconoce, sus hojas son témpanos y sus espinas veneno para mis recuerdos, ¿qué ocurrió mi amapola nocturna?, ¿Qué negra magia empavono tus sonrisas?.
Estoy siendo seducido por una soga quien me promete el final de mis tormentos, el descanso de mi alma, en la tajada oculta de la luna, en donde reviven los muertos, mis pies solo son hilachas de los pasos que anduvimos junto, mis rodillas me tiemblan y mis ojos...no rescatan la mirada dulce de los tuyos.
Esperare que se despierte la luna para comenzar el ocaso de mis días, engalanare a la noche con el ultimo de mis eventos, tan solo saltare de la silla que retendrá mis últimos momentos, me despedire en silencio de la gente, las canciones y los versos, para unirme a las estrellas, los gladiolos y los sarmientos.
Tan solo ella podria frenar el crepúsculo de mi oda, sabe muy bien que puede hacerlo, pero no quiero que sean con palabras que apuñalen, quisiera que me regale un abrazo y un te quiero, pero que renazca de sus labios vivos, si no es así yo sabré que estará mintiendo, que olvide los aludes de miradas negras, que el otro día en nuestros ojos fueron floreciendo.
La luna ya aparece, la silla me espera, la soga me sonríe, ¡adiós mundo!, ¡Adiós amigos!...¡hasta siempre mi primavera! nos veremos quizás en otras vidas , en otros mundos, en otros cuentos.

Autor : Victor Rocco

Dame

Dame

Dame el resto de mis grafías
para seguir meciéndome en tu luna
sin importar que se templen mis versos,
que son caricia fértil de nuestros actos.

Dame la continuidad de mis palabras
que se abotonan en tu rosa verbal,
para encender la fragua de mis ganas
y escuchar tus susurros en mi edén.

Dame la mitad de mis labios
que hallé la otra tarde ahogada en un beso
mientras seducía a tu mansión pélvica
y consumía el néctar de tus pechos.

“soy adicto de mis letras,
que retienes en tu cuerpo”


Autor: Victor Rocco

jueves, 6 de diciembre de 2007

Segundo acto

“Segundo acto”



Te excitan las letras con cuerpo que tilda mi oda, acallas al silenció, suspiras profundo, hay un volcán que hace chispas en tu pecho, dudas en agradecer el acto con palabras o con besos que serán mi próximo tintero.
Pides que baje las persianas,Mientras tambalean mis dudas en el suelo, lo hago y unas pequeñas brazas vivas encienden mi intelecto, de seguro son residuos que dejo el anterior incendio. Me adviertes que no pregunte a la noche porque aun están despierto los luceros, yo no hago nada, tan solo acato, aunque en mis labios quedaban centenares de senderos.
Anuncias tus ataduras cívicas, te felicito, pero luego pienso: “Si te vas, ¿ en quien podré tejer poemas en su cuerpo?, ¿se acabarán las flores en las nubes de tus labios? , Sí, para mi sí, aunque no se si aun la conservo o solo fueron fulgores de piedad
que germinaron de tú boca, para este pobre mendigo de besos, que se descuelga de la fragancia de tú fragancia, cada ocho días al morir el sol, espera que se despeñe la dama de las letras sobre su mente y comienza a construir lo discreto he inconfesable, maquillando pasiones en silabas y signos ocultos, que tan solo la aurora descifra, cada martes cuando me levanto y comienzo a soñar.
Hoy tengo hambre de una nueva prosa, de otras línea que encienda en tu pecho, he inspire la más hermosa y colosal de las constelaciones literarias, que retiene tu cuerpo y que a gotas me entregas.
¿Quién sabe si hoy me harás ganar el Nóbel? O me quedare escarchado gritándote en silencio, que quiero desenterrar todos esos versos que un día coloque en tu alma y que no hace mucho me estas ofreciendo, para trazar la antología secreta, hermosa y divina, que hay escrita en tu piel.



Autor : Victor Rocco.




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